De las manos agarrados y
en círculos moviéndonos
surge esta mortífera danza
en el escenario bañado por la culpa.
Mueve, salta, gira y desliza,
¡llevemos este baile en la desesperación!
Clava, mutila, atraviesa y ensarta,
¡que la música nos dirija a la muerte!
Espadas, lanzas, balas y dagas,
¡que los muertos sigan danzando!
Serenatas, rapsodias, nocturnos y
arias,
¡que las heridas no os frenen!
Cuando la coda ponga fin a la última
polka,
sólo uno seguirá bailando en vida.
Se presentará el momento de la
reverencia y
corridas las cortinas de la tragedia,
un aplauso de acero me atravesará el
corazón.
Raúl Salido
2º Bachillerato
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