Mientras paseo fugaz por el asfalto veo un lugar donde las estrellas
parecen más cercanas, junto con las nubes, las cuales se acompasan en un baile
celestial motivado por el soplo natural que culmina en una mezcla de colores,
capas y sueños.
En los tonos rojizos del firmamento puedo ver al gran Helios que termina
su recorrido de la bóveda terrestre, mientras Orfeo me canta una nana. Ante tal
espectáculo sólo cabe la incredulidad, pero la oculto y me dejo llevar por la magia
de esa amalgama de contrastes de colores, palabras, promesas que se quedan en
el aire, suspiros...
Queda poco tiempo para que todo se desvanezca, muera el día y con este,
mi sueño de que Saturno no se lleve este instante para siempre. Veo cómo todo
muere, cómo todo se oscurece, pero también cómo crece lo que llevo dentro, el
ansia de que todo se repita, la esperanza.
Rafael Álamos García
Bachillerato
muy bueno. gracias
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