No soy
yo mucho de escribir sin ganas, pero me aburro y me va a caducar el Word así
que… venga.
Intentaré
escribir una historia, a ver qué tal:
Necesito
un personaje.
Lo más
fácil sería hacer al típico adolescente profundo, de esos con pensamientos
complejos e intensitos, del tipo “¿qué es el mundo?” o “¿para qué sirvo?”. Siempre
funcionan y al parecer reflejan la profundidad del autor (aunque para mí solo
reflejan que el autor necesita pasta). La otra opción es crear una chica, pero
por lo visto hay que hacerlas fuertes e independientes, y a mí esos personajes
me dan flojera, así que me quedo con el chico.
Ahora
necesito una situación previa y una posición de partida. Lo más sencillo y
cómodo es hacer una que refuerce la complejidad del protagonista, algo así como
que esté sentado melancólico en un lugar alto y al atardecer, que eso es muy de
personaje profundo.
Y por
supuesto está el mundo, pero vamos, con pintarlo de forma que parezca un latazo
y decir que no entiende al protagonista, ya vale.
Bueno,
más o menos lo tengo todo, ahora a escribir, a ver qué tal me queda.
El chico miraba taciturno el cielo que moría
en el horizonte. A sus pies las personas se fundían con las cristaleras
pintadas de colores pastel. Siempre le gustaba sentarse ahí a solas con sus
pensamientos, como si una fuerza invisible le impulsara a quedarse en aquella
zona y le obligase a contemplar aquella vista. Se le llenaron los ojos de
lágrimas al pensar que esa era la única situación en la que se sentía unido a
aquel mundo que no se dignaba a entenderlo y valorar…
Mira,
como siga así mucho más me va a hacer falta un lavado de estómago.
Me voy
a preparar un bocata.
Alfonso Pizarro
Estudiante de Filología
Hispánica
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