Levanto la mirada y noto cómo el
agotamiento va provocando temblor en mis piernas. Veo cómo a mí alrededor se
reparten por el suelo los cadáveres de entre diez y veinte enemigos. La sangre
sobre mi espada gotea y me mancha las manos dejándolas pegajosas. Restos de
sangre y vísceras chapotean bajo mis pies. Dirijo la mirada al este y observo
la salida del sol de madrugada. Miro entonces al oeste y veo a mi compañero con
una rodilla en tierra, jadeante, agotado pero ileso. Otros tantos cuerpos
inertes de enemigos se reparten a su alrededor.
Un cuerno suena a lo lejos, hacia el
norte… es un cuerno enemigo. Se aproxima otra oleada de feroces y frescos
guerreros a los que derrotar. Miro al cielo e imploro a cualquier dios que me
quiera escuchar por un suspiro de fuerza. Necesito una gota de aliento para
afrontar esa nueva oleada.
En ese momento, una voz ronca me
devuelve a la consciencia:
-¡Eh, vienen más! Si salimos de esta te
invito a lo que quieras en la taberna de la cascada.
Miro a mi compañero, ya en pie y con el
rostro serio. Nuestras miradas agotadas chocan, pero no podemos evitar una
mueca de complicidad. Tantos años de servicio juntos y tantos años antes de la
guerra traen demasiados recuerdos.
-Aún recuerdo cuando me abriste la
cabeza practicando con las espadas de madera de mi tío Fausto. Conservo esa
cicatriz y tantas otras... -suspiro provocando en él una carcajada.
Se acerca a mí limpiándose la sangre de
la cara con el reverso de la mano y tras un amistoso golpe en el hombro empuña
su espada.
-¡Vamos a darles duro a esos malnacidos!
Con esas simples palabras me devuelve el
valor y la fuerza, porque no hay nada que pueda animar más que saber que
alguien en quien confías se entrega al mismo propósito que tú. Y con esto se lanza
al combate gritando ferozmente. Detrás de él todo el ejército vuelve a la carga
y yo, con los ánimos repuestos, le sigo de cerca para cuidar de él como juré y
cumpliré siempre.
Marcos Táuler Ullívarri
Estudiante de Bachillerato
Marcos: Buena publicación, de esas que esperas la segunda parte. Felicidades.
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