Con el pelo en llamas
conocí a esa niña. No empezamos con buen pie pero pronto la tranquilidad nos
conquistó. Pasamos del humo de frambuesa que no dejaba ver nuestras verdades,
al muro donde clavamos nuestras inquietudes e ideologías. Un muro resguardado
por una pantalla.
Con el pelo en llamas la
vi. Y al verla por dentro supe sentir la bonita poesía que embaucaba sus días y
noches. Al mirarla bien, con detenimiento, pude reconocer que sus pecas,
juntas, formaban un milagro llamado sonrisa sobre un fondo blanco.
Con el pelo en llamas la
comprendí entre jocosas risas y sinceras realidades. Supo enseñarme la
relajación y naturaleza con la que hay que tomarse la ruptura de un corazón
ilusionado. Con amistad me aconsejó. Y con amabilidad me regaló un objeto
vulgar pero mágico para un guitarrista, una púa.
Con el pelo en llamas
cantamos. Su dulce timbre acarició mi rota voz. ¡Qué arte!
Con el pelo en llamas,
ahora, la admiro. La observo y noto que una parte de mi quisiera adoptarla en
mi vida. Creo que sólo con mirarme sabe qué me ocurre. Perdidos en un mar de
bromas y hundidos en un charco de momentos inolvidables, nos une una amistad
forjada en no mucho tiempo.
Con el pelo en llamas
la conocí. Con el pelo en llamas la conozco. Por favor, nunca me separen de
ella.
Aarón Toral
1º Bachillerato
Con el pelo en llamas lloroh de la emosion al leer tu relato. Escribe más X favor
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